Viagra y masaje sensual


Cada vez es más común y está más extendido el uso de las pastillitas azules o Viagra entre los hombres de todo el mundo.

Sin entrar a valorar las ventajas ni los riesgos para la salud, he decidido escribir este post como reflexión. Cada vez más clientes me comentan que lo están usando. En algunos casos existe un temor a la adicción.

El nombre Viagra

El nombre Viagra procede de la palabra viāghra, que significa ‘tigre’ en idioma sánscrito. En la India existen monumentos de estos animales mostrando sus penes erectos. Son un símbolo de la fertilidad masculina y apelan al poder creador.

Sildenafil

El principio activo Sildenafilo es básicamente un vasodilatador que ayuda a producir y mantener una erección. Tiene diversos usos terapéuticos pero el más conocido es el que ayuda en las disfunciones eréctiles.

La cultura del Viagra

Vivimos en la cultura de la rapidez. Recientemente escuché: "si queremos combatir un dolor de cabeza nos limitamos a tomarnos una aspirina. Así creemos que combatimos el dolor, aunque solo estamos suavizando los síntomas". Es decir: que para tratar una enfermedad o una disfunción es necesario un tratamiento prolongado en el tiempo. Solo así se puede combatir o enderezar la raíz del problema.

En resumen, el Viagra es la aspirina para el disfrute instantáneo del sexo. Muchos hombres lo utilizan porque conseguir una erección con una desconocida representa unos minutos de más que pueden conducir al rechazo o a ser juzgados como "poco hombres". Una erección poderosa es sinónimo de prestigio y masculinidad y merece admiración.

El Viagra ha pasado de ser un medicamento que se recetaba para ayudar a los hombres con disfunciones eréctiles a ser una pastilla para el deporte del sexo. Repito que no juzgo. Modestamente, defiendo la libertad individual de cada persona.

Me comentó un cliente y amigo que el Viagra es para él una gran ayuda para el desahogo instantáneo. Le permite una excitación inmediata —tiene otros efectos incómodos aunque tolerables.

Por qué necesitamos Viagra

Las relaciones sexuales son más exigentes de lo que desearíamos. O de lo que seríamos capaces de aceptar. Una primera cita con gatillazo nos lanza al abismo del rechazo. Tu compañera ocasional no te pedirá el número de móvil.

Las estaminas de cada hombre son diferentes en calidad y en niveles, y así como hay hombres que presentan una erección inmediata, los hay que necesitan algo más de tiempo. Este tiempo no debería servir en modo alguno para medir tu masculinidad ni tu potencia sexual. Pero estamos en la cultura del tamaño, la rapidez y la impersonalidad. Se les da más valor a los datos técnicos que a las cualidades que diferencian cada persona.

En la vida de pareja ocurre algo similar aunque quizá más grave a nivel psicológico. Y con efectos inmediatos sobre la autoestima. Un gatillazo puede desencadenar las dudas sobre uno mismo. El deseo de agradar a nuestra pareja en cualquier momento o situación puede llevarnos a probar el Viagra.

No reconocer un problema lo hace más grande. Un proceso de tiempo prolongado hace mayor el problema. La comunicación es una herramienta fundamental y, bien empleada, ayuda a clarificar las situaciones y a tomar las decisiones más correctas.

Como masajista de Tantra sensual erótico no me considero legitimada para aconsejar a nadie sobre el uso o no del Viagra. Ni terapéutico ni como pastilla recreativa o para el ocio. Este post no va más allá de plantear este hecho y reflexionar sobre él.

Adicción psicológica

Esta comodidad de tomarse una pastilla en el momento en que tenemos una emergencia, sin sufrir efectos colaterales, puede resultar muy práctico. Elimina preocupaciones y aporta placer.

Con el tiempo esto puede convertirse en un hábito. Y algunos hábitos pueden crear dependencia psicológica. Llegará un momento en que no sabremos diferenciar si nuestra erección es natural o si está apoyada por el Viagra.

Mitos del Viagra

El Sildenafil ayuda a iniciar la erección y a mantenerla. Siempre y cuando sintamos el "morbo" o exista una excitación sexual real. En contra de lo que se cree, el Viagra es incapaz de erigir un pene sin que exista excitación. Los actores del cine porno emplean otro tipo de sustancias inyectables que proporcionan erecciones prolongadas y muy robustas aun en contra de su voluntad o en un estado de reposo e indiferencia.

El mito del butanero que recorre la ciudad con el pene erecto no se debe al Viagra. El Viagra ayuda en crear esa erección pero no es el único desencadenante. El desencadenante principal de una erección son el deseo sexual, el morbo, la excitación.

Otros efectos del Viagra

Las erecciones ayudadas por el Viagra son una ventaja cuando se desea prolongar el tiempo del acto sexual. En contrapartida, disminuye tu control sobre la eyaculación. Dependiendo de las características y del historial sexual de cada hombre, serás más o menos capaz de decidir cuándo alcanzar el orgasmo y eyacular.

Como ya sabes, según te requiera tu pareja sexual podrás —dentro de unos límites— apresurar y adelantar el orgasmo o bien retrasarlo.

El Sildenafil enmascara el control sobre la erección y no permite controlar el orgasmo ni la eyaculación. Puede resultar incómodo que no tengas control sobre ese momento tan crucial del orgasmo. El orgasmo es un momento crucial tanto en tu dimensión de individuo como de pareja. El orgasmo es lo que sientes y disfrutas y también lo que entregas a tu pareja sexual. El placer consiste en recibirlo, para muchos también en el darlo.

Un efecto colateral del uso del Viagra es la incapacidad de poder reconocer si tu erección es espontánea o ayudada por el efecto del Viagra.

Las erecciones apoyadas con Viagra no son placenteras en sí mismas. Me dicen mis clientes y amigos que la autoestimulación o masturbación se siente menos nítida, como borrosa, con un tacto obtuso, difuso. La erección en sí es un placer, pero el Viagra lo rebaja en intensidad.

El peor de los efectos es quizá la sensación de que el orgasmo es más débil. Da menos placer, no satisface y tampoco prepara para un segundo orgasmo más poderoso e intenso.

Viagra y masaje Tantra

Uno de los aspectos más interesantes, útiles y terapéuticos del masaje erótico Tantra es el control de la eyaculación y la multiplicidad de orgasmos. El Viagra no es relevante y no ayuda en ningún aspecto para el masaje erótico Tantra. Si has sabido vivir sin Viagra podrás volver a ese estado de libertad y de seguridad en ti mismo. Volverás a la espontaneidad del sexo y a los orgasmos intensos, jugosos y llenos de satisfacción.

El masaje erótico Tantra puede resultar muy útil para ponerte a prueba. Te has preguntado si eres capaz de conseguir erecciones espontáneas, auténticas y placenteras.

Crees que ha llegado el momento y quieres dejar el Viagra. Necesitas recobrar tu seguridad. Deseas saber si eres capaz de conseguir erecciones prolongadas, duras y que te lleven al placer del orgasmo y la eyaculación abundante.

Puedes hacerlo sin arriesgar tu masculinidad con tu pareja o con extrañas. Puedes hacerlo de una forma segura, terapéutica al tiempo que placentera.

El entorno del masaje erótico Tantra es ideal para que tu disfrute te aporte seguridad.

Sabes que serás muy bien venido y que puedes conversar con nuestras masajistas femeninas. La confidencialidad está garantizada. No juzgamos.

Podemos hablarte en confianza.


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